Medjugorje, una pequeña localidad en Bosnia-Herzegovina, ha sido centro de atención desde 1981 debido a las supuestas apariciones de la Virgen María reportadas por seis jóvenes. Estas afirmaciones han atraído a millones de peregrinos y han generado debates significativos dentro de la Iglesia Católica sobre la autenticidad y el significado de estos eventos.
La postura oficial de la Iglesia Católica
Declaraciones del Vaticano a lo largo de los años
Desde el inicio de las supuestas apariciones en 1981, la Iglesia Católica ha adoptado una postura cautelosa. En 1991, la Conferencia Episcopal de Yugoslavia emitió la “Declaración de Zadar”, afirmando que, basándose en las investigaciones realizadas, no era posible confirmar la naturaleza sobrenatural de los eventos en Medjugorje.
Esta declaración ha sido considerada como la posición oficial de la Iglesia durante muchos años.
En 2019, el Papa Francisco autorizó las peregrinaciones oficiales a Medjugorje, permitiendo que diócesis y parroquias organizaran visitas al lugar. Sin embargo, esta autorización no implicaba un reconocimiento de la autenticidad de las apariciones, sino un reconocimiento de los frutos espirituales y pastorales que muchos peregrinos experimentaban.
En septiembre de 2024, el Vaticano emitió una declaración titulada “La Reina de la Paz”, aprobada por el Papa Francisco, en la que se reconocen los abundantes frutos espirituales asociados a las peregrinaciones a Medjugorje. No obstante, el documento enfatiza que este reconocimiento no constituye una autenticación oficial de las apariciones como eventos sobrenaturales.
El proceso de investigación sobre los eventos de Medjugorje
El papel de la comisión vaticana en la evaluación de Medjugorje
En 2010, el Papa Benedicto XVI estableció una comisión internacional presidida por el cardenal Camillo Ruini para investigar los eventos de Medjugorje. Esta comisión, compuesta por teólogos, psicólogos y otros expertos, tuvo como objetivo analizar exhaustivamente las apariciones y proporcionar recomendaciones pastorales.
La comisión distinguió entre las primeras apariciones, ocurridas entre el 24 de junio y el 3 de julio de 1981, y las subsecuentes.
En su informe, se señaló que las primeras siete apariciones mostraban indicios de autenticidad, mientras que las posteriores fueron recibidas con escepticismo debido a posibles influencias externas y la prolongada duración de las mismas.
En septiembre de 2024, el Vaticano, reconociendo los frutos espirituales derivados de las peregrinaciones a Medjugorje, autorizó el culto público relacionado con estas experiencias.
Sin embargo, se abstuvo de pronunciarse sobre la naturaleza sobrenatural de las apariciones.
La posición actual del Vaticano respecto a Medjugorje refleja una cuidadosa distinción entre el reconocimiento de los beneficios pastorales y espirituales que muchos fieles experimentan en sus peregrinaciones y la ausencia de una declaración oficial sobre la autenticidad sobrenatural de las apariciones.
Mientras la Iglesia continúa evaluando estos fenómenos, se mantiene abierta a las manifestaciones de fe y devoción que surgen en torno a Medjugorje, promoviendo siempre un enfoque prudente y pastoral.